Como médico especialista en cardiología y salud respiratoria, con experiencia atendiendo pacientes con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, he visto cómo el cigarrillo electrónico y el vapeador se han popularizado en los últimos años, especialmente entre jóvenes. Sin embargo, lo que muchos desconocen son los riesgos reales que este hábito puede traer a la salud del corazón y de los pulmones. Mi objetivo con este artículo es brindarte información clara y basada en evidencia, para que tú y tu familia puedan tomar decisiones responsables sobre vapear o fumar.
¿Qué es el vapeador o cigarrillo electrónico?
El cigarrillo electrónico, también llamado vapeador, es un dispositivo que funciona con batería y produce un aerosol al calentar un líquido. Este líquido suele contener nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas. Aunque no genera humo como un cigarro tradicional, el vapor que produce no es inocuo.
Hoy en día existen diferentes modelos, como el vaper recargable, que permite rellenar el depósito con líquidos de distintos sabores y concentraciones de nicotina. A menudo se promociona como una alternativa “más segura” frente al tabaco convencional, pero lo cierto es que todavía expone al organismo a químicos dañinos que pueden afectar al corazón y los pulmones.

¿Cómo afecta el vapeo al corazón?
Vapear no es solo inhalar vapor con sabor, sino introducir en el cuerpo sustancias que pueden alterar la salud cardiovascular. El vapeo genera un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, dos factores que incrementan el riesgo de desarrollar hipertensión y enfermedades coronarias.
A largo plazo, estas alteraciones pueden favorecer la aparición de aterosclerosis, una condición en la que las arterias se endurecen y estrechan, aumentando la probabilidad de infarto. En pacientes con antecedentes de problemas cardíacos, el impacto puede ser aún más serio.
Cómo afecta el vapeo a los vasos sanguíneos
El vapor del cigarrillo electrónico contiene partículas ultrafinas que ingresan en el torrente sanguíneo. Estas partículas pueden dañar el endotelio, que es la capa interna de los vasos sanguíneos encargada de mantener la elasticidad arterial.
Además, la nicotina produce vasoconstricción, es decir, estrechamiento de las arterias, lo que reduce el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro. Este efecto aumenta el riesgo de trombos y complicaciones graves como el accidente cerebrovascular.

Qué tan dañino es vapear
Si bien algunos piensan que vapear es un mal menor comparado con fumar, la realidad es que también provoca daño cardiovascular. Vapear incrementa la dependencia a la nicotina, eleva la presión arterial y expone al organismo a químicos tóxicos que no deberían inhalarse.
Un aspecto importante es que la mayoría de los estudios muestran que el vapeo no es inocuo y, en muchos casos, genera enfermedades similares a las del cigarrillo convencional, especialmente cuando se usa a largo plazo.
¿Es vapear más seguro que fumar para el corazón?
Comparar vapear o fumar es complejo. Aunque los cigarrillos convencionales contienen más sustancias cancerígenas, el vapeador sigue siendo riesgoso para el corazón. Los estudios actuales señalan que los vapeadores reducen algunos tóxicos del humo del tabaco, pero mantienen otros compuestos dañinos que afectan la circulación y el ritmo cardíaco.
Por eso, los cardiólogos no consideramos al cigarrillo electrónico como una alternativa segura. La diferencia está en la percepción de como muchas personas creen que el vapeo es inofensivo, lo que aumenta su consumo sin reconocer el verdadero riesgo.

¿Dejar de vapear reduce el riesgo de enfermedades cardíacas?
Sí. Abandonar el uso del cigarrillo electrónico disminuye el riesgo de hipertensión, arritmias e infartos. El corazón empieza a recuperar su capacidad funcional en pocas semanas, mejorando la circulación y la oxigenación del cuerpo.
Las investigaciones demuestran que cuanto más pronto se abandone este hábito, mayor será la capacidad de recuperación cardiovascular y respiratoria, incluso en personas que han usado vapeador durante años.
Formas de dejar de vapear para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas
Existen estrategias médicas y de acompañamiento que ayudan a dejar de vapear de forma progresiva. Entre ellas destacan:
- Terapia de sustitución de nicotina con parches o chicles.
- Apoyo psicológico para manejar la ansiedad.
- Medicación específica indicada por un cardiólogo o neumólogo.
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¿Qué sustancias contiene el vapor del cigarrillo electrónico?
El aerosol del vapeador incluye nicotina, glicerina vegetal, propilenglicol, saborizantes y metales pesados como plomo, níquel y cadmio. Estas sustancias, al ser inhaladas, ingresan al sistema circulatorio y generan daño oxidativo en las células.
Aunque el vapor parece más “limpio” que el humo, en realidad contiene compuestos tóxicos que afectan tanto al corazón como a los pulmones. La exposición repetida puede desencadenar inflamación y problemas de coagulación.
¿Por qué las personas con arritmias deberían evitar vapear?
En pacientes con arritmias, la nicotina y otras sustancias del cigarrillo electrónico pueden alterar los impulsos eléctricos del corazón, empeorando las palpitaciones y aumentando el riesgo de fibrilación auricular.
Además, el vapeo eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que representa un peligro adicional en quienes ya tienen un corazón vulnerable. Por ello, la recomendación médica es evitar completamente el vapeo en personas con arritmias.

Existe un mayor riesgo de sufrir un infarto
El consumo frecuente de cigarrillo electrónico está asociado a un mayor riesgo de infarto de miocardio, especialmente en usuarios crónicos y en quienes ya tienen factores de riesgo como hipertensión, diabetes u obesidad.
La combinación de vasoconstricción, daño endotelial e incremento en la presión arterial genera un escenario propicio para que las arterias coronarias se bloqueen y provoquen un evento cardíaco grave.
Recomendaciones médicas actuales sobre el uso del vapeo
Las sociedades de cardiología y neumología coinciden en que el cigarrillo electrónico no debe considerarse un método seguro para dejar de fumar. Al contrario, debe manejarse como un riesgo adicional que requiere supervisión médica.
Si un paciente ya utiliza un vaper recargable, la recomendación es buscar alternativas terapéuticas para abandonar su uso y así proteger la salud cardiovascular a largo plazo.
Tabla comparativa: vapear o fumar
Aspecto | Cigarrillo tradicional | Vapeador (cigarrillo electrónico) |
Nicotina | Alta | Variable, según líquido |
Sustancias tóxicas | >7000 | Decenas, incluyendo metales |
Daño cardiovascular | Alto | Moderado-alto |
Riesgo de adicción | Muy alto | Alto |
Riesgo percibido por jóvenes | Alto | Bajo (pero engañoso) |
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Preguntas frecuentes
¿El cigarrillo electrónico es seguro para el corazón?
No, el cigarrillo electrónico contiene sustancias que afectan la presión arterial y los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas.
¿Qué es peor: vapear o fumar para el corazón?
Ambos son dañinos. Vapear o fumar incrementa el riesgo cardiovascular, aunque los mecanismos químicos varían. Ninguna opción es segura.
¿El vaper recargable tiene más riesgos que los desechables?
El vaper recargable permite usar líquidos con distintas concentraciones de nicotina y químicos, lo que puede aumentar la exposición prolongada al daño cardiovascular.
¿El vapeador puede causar arritmias?
Sí, la nicotina y otros compuestos del vapeador pueden alterar el ritmo cardíaco y empeorar las arritmias existentes.
¿Dejar de vapear reduce el riesgo de infarto?
Sí, dejar de vapear mejora la salud cardiovascular y reduce la probabilidad de sufrir un infarto o enfermedad coronaria.