Fibrilación Auricular: Latidos Irregulares que Afectan el Corazón
Descubre las causas, síntomas y tratamientos de esta arritmia común y sus riesgos asociados.
¿Qué es la Fibrilación Auricular?
Es una arritmia cardíaca común en la que las aurículas laten de manera rápida e irregular, afectando el flujo sanguíneo adecuado del corazón. Aunque algunos pacientes no presentan síntomas, otros experimentan palpitaciones, fatiga o dificultad para respirar. Sin un tratamiento adecuado, la fibrilación auricular puede aumentar el riesgo de complicaciones graves, como accidentes cerebrovasculares.
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Causas y Síntomas de la
Fibrilación Auricular
La fibrilación auricular (FA) es un tipo de arritmia en la que las cavidades superiores del corazón (aurículas) laten de manera irregular y rápida. Las causas más comunes incluyen:
Hipertensión arterial
La presión alta prolongada puede debilitar el músculo cardíaco y afectar su ritmo.
Enfermedad cardíaca
Condiciones como insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica o valvulopatías pueden aumentar el riesgo de fibrilación auricular.
Edad avanzada
El riesgo de desarrollar FA aumenta con la edad, especialmente después de los 60 años.
Hipertiroidismo
Un exceso de hormona tiroidea puede acelerar el ritmo cardíaco, desencadenando FA.
Los síntomas de la fibrilación auricular varían de persona a persona y pueden ser intermitentes o continuos. Los más comunes incluyen:
Palpitaciones
Latidos rápidos o irregulares, a menudo descritos como “golpes” en el pecho.
Falta de aire
Dificultad para respirar, especialmente durante la actividad física o en reposo.
Mareos o desmayos
Causados por una reducción en el flujo sanguíneo al cerebro.
Fatiga
Sensación de cansancio extremo, incluso con poco esfuerzo.
Preguntas frecuentes sobre la Fibrilación Auricular
La fibrilación auricular se diagnostica mediante un electrocardiograma (ECG), monitoreo Holter o ecocardiograma, que permiten registrar la actividad eléctrica del corazón y detectar los latidos irregulares.
Si no se trata, la FA puede aumentar el riesgo de complicaciones graves, como accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o coágulos sanguíneos. Es fundamental seguir un tratamiento adecuado para evitar estos riesgos.
Los tratamientos pueden incluir medicamentos anticoagulantes para reducir el riesgo de coágulos, fármacos para controlar el ritmo cardíaco, procedimientos de ablación para corregir la arritmia o la implantación de un marcapasos en casos severos.